Hugo Gopar mencionó que a los 10 años arrancó con las ventas de revistas coleccionables viejas de Patoruzú que eran de su hermano, quien se los dio para “vender al chatarrero. En ese momento, me daban uno con veinte por todas las revistas”, puntualizó oportunamente Hugo en diálogo con EL CRONISTA.
Y al no haber tenido ventas, emprendió a recorrer las calles acompañado con los papeles que hoy siguen junto a él. Recuerda que “ese día, volví con tres pesos con veinte centavos y la pila de revista. Cuando se lo doy a mi hermano, me dijo ‘qué hiciste’, pensando que por ahí me había mandado una macana”, enunció el vendedor, quien explicó que hizo una serie de pasos.
Desde ahí, “me regaló todas las revistas y empecé a vender”.
Posteriormente, pidió trabajo en una librería reconocida de la ciudad donde estuvo hasta los 24 años, primero con reparto de revistas del negocio y de él.
“Le he dado duro desde chico y no porque alguien me obligara. En mi casa había necesidades y se trabajaba con un permiso de los padres”, señaló Hugo, quien detalló que cuando salía de la escuela e iba a almorzar en su casa, se dirigía a vender las revistas durante la hora de la siesta, tiempo libre que disponía.
Recién en el 71’ puso su primer kiosco de venta de revistas y diarios en calle Alvear al 100, donde estuvo entre dos meses armándolo y, según sus recuerdos borrosos le marcan que la apertura fue luego del primero de mayo que “arranqué por mi cuenta”, indicó Hugo y continuó: “de ahí fui a calle Garay, hasta que vine acá, que hace 34 años estamos en esta esquina”.
Desde que comenzó, hizo hincapié que los nombro a los diferentes negocios, desde mueblerías y jugueterías, como “Tiene todo” porque en donde trabajaba, arreglaba juguetes, pelotas de futbol, hacía carteles de telgopor para publicidades, y le decían el “arregla todo”.
A partir del apodo, se dijo así mismo que cuando tuviese una tienda propia, se llamaría “Tiene Todo”, nombre que lo ha acompañado desde el comienzo en la actividad, siempre en compañía del puesto que aún sigue y continuará.

Así, luego de evaluar la zona que comprende el Hospital Municipal “San Vicente de Paul”, decidió que, por la circulación de vecinos, era mejor opción ubicarse en el 76’ en calle Libres del Sur y esquina Escribano, donde ayer cumplió sus 36 años estando sólo allí.
Junto con su fiel compañero y encargado, Juan Oscar Gachet, quien está hace 35 años en el puesto como repartidor de diarios. En sus recuerdos, Hugo señaló: “Había terminado el ciclo escolar y vino a pedirme trabajo. Así empezó conmigo y va a la par acá, solo con un año de diferencia”.
Con este trayecto que inicio desde niño hasta la actualidad, Hugo expresó: “Me siento reconfortante y seguiremos hasta el último momento”, porque “nací entre los papeles y voy a terminar entre los papeles”.
Nota del editor: Desde EL CRONISTA saludamos y felicitamos a Hugo y Juan en esta fecha tan especial, reconociendo la gran labor que cumplen a diario desde hace 36 años en Chascomús.
MUCHAS GRACIAS!!!